Weninger Vela Ríos
Secretario General - CEN
El proceso de privatizaciones en el Perú en comparación con el que tuvo lugar en otros países latinoamericanos, estuvo caracterizado por su profundidad, por el acelerado ritmo de su ejecución y por las irregularidades detectadas en el destino de los recursos, la sensación que prevalece en la sociedad es negativa.
A juicio de las autoridades encargadas de implementar las privatizaciones, no había que detenerse en consideraciones acerca de sectores o empresas estratégicas. Lo verdaderamente estratégico -se argumentaba- no es que el Estado produzca petróleo, explote los yacimientos mineros o tenga una aerolínea. Lo verdaderamente estratégico es que se genere prosperidad, que cuente con recursos y proporcione educación, salud, seguridad y justicia.
Pese a todo ello, este gobierno persiste en su afán de privatizar las empresas publicas hoy con otro rotulo como MODERNIZACIÓN DE LAS EMPRESAS. El Estado renuncia a su rol de gestor del desarrollo económico transfiriendo esta responsabilidad a la actividad privada.
Sin embargo, hoy en día las empresas públicas, como las eléctricas, sobresalen por tener utilidades sostenibles, eficientes y competitivos, por ello no entendemos la tara del gobierno de Martin Vizcarra de pretender entregárselos a privados cuando el Estado debería atender con recursos, como se hizo con la refinería de Talara, porque es obligación del Estado actuar allí donde los privados no llegan, por eso firme en nuestra posición la Federación de Trabajadores de Luz y Fuerza del Perú, no cesará en su propósito de seguir defendiendo nuestras empresas, con esa finalidad el 11 de agosto próximo continuaremos con las audiencias públicas, esta vez en la ciudad de Trujillo.
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